En esta tercera parte presentaremos un análisis coyuntural de los principales problemas que enfrenta el sector inquilino, desde la perspectiva de las economías familiares, las cuestiones de género, los obstáculos administrativo legales, la situación de adultxs mayores, los alquileres irregulares y el rol de las plataformas.

Si bien los hogares jóvenes tienen mayor propensión a alquilar, hay evidencias para sugerir que en la actualidad los hogares con jefes/as de 30 a 39 años tienen muchas más probabilidades relativas de ser inquilinos que hace 20 años. Lo mismo puede decirse de los hogares con jefes/as de 30 años o menos, y en menor medida de 40 a 49 años. Esta tendencia a mayor probabilidad de ser inquilino también aumenta para los hogares con jefes/as que poseen menores niveles de
estudios o son migrantes.

Otra tendencia que comienza a manifestarse, es que hogares de mayor recursos y edad (más de 40 años) también tienden a alquilar en mayor proporción. Este sector, no necesariamente está en una situación vulnerable pero representa una generación que busca en el alquiler mayor comodidad o acceso a servicios. Los hogares de menores recursos y de la misma franja etaria, tiende a habitar en condiciones de tenencia irregular o viven en hacinamiento, ya que las condiciones
para alquiler de manera formal se vuelven muy estrictas.

Es claro que esta generación inquilina va adquiriendo una notoriedad cada vez mayor, pero también que el impacto es claramente desigual y golpea más fuerte a los sectores vulnerables.

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