El encuentro se realizó en la sede nacional de la CTA Autónoma y contó con la presencia del autor Mariano Vázquez, Juan Ramón Quintana, sociólogo y ex ministro de Evo Morales, Andrés Sal Lari, documentalista y la moderación de Mónica D’elía. El nuevo material forma parte de la serie de materiales que está realizando la CTA en el marco de los 200 años de la Doctrina Monroe.

El próximo 2 de diciembre se cumplen 200 años de la Doctrina Monroe, un ideario que marcó los principios para la recolonización de América Latina y El Caribe por parte de Estados Unidos. La doctrina conocida como “América para los americanos”, justificó la dominación política, económica y cultural del mundo para la apropiación de los recursos naturales y humanos.

En este marco, la CTA Autónoma decidió la edición de esta serie de fascículos elaborados por el periodista Mariano David Vázquez a los fines de recrear la atención sobre las bases de la doctrina imperial con la que intenta sojuzgar a los pueblos de la región desde hace dos siglos.

“El 2 de diciembre se cumple 200 años y es importante poner en valor el trabajo que está realizando el compañero Mariano Vázquez”, comenzó Mónica Dalia, de la Secretaría de Formación de la CTA y encargada de moderar este debate de presentación.

En esta misma línea, afirmó: “En una central de trabajadores y trabajadoras es fundamental mirar los procesos que se han dado en nuestra región, y es muy importante para analizar el presente y cuestionar los mensajes de los medios hegemónicos con mirada crítica”.

Luego tomó la palabra el sociólogo Juan Ramón Quintana, quien puso en valor el material “que ayuda a entender cómo el imperialismo norteamericano desarrolla estrategias, que mutan completamente, sobre nuestros países para someterlos, saquearlos constantemente. Y permite entender cómo la estrategia norteamericana ha desplegado una estructura de intervención”, indicó.

El Sociólogo recuperó además una serie de iniciativas políticas y populares que tuvieron lugar en América Latina para ponerle límite a la intervención de EEUU sobre la soberanía de territorios.

El siguiente orador fue el documentalista Andrés Sal.lari: «el libro tiene una esfera de denuncia, pero también de emancipación. En la izquierda tenemos la responsabilidad de denunciar las acciones del imperialismo, pero también debemos enfocarnos en recuperar nuestra memoria, y plantear ejes para construir la resistencia para la emancipación y la soberanía”.

“Estamos hablando de algo que esta vivito y coleando, pero es un tema que no impacta, que no pega. Mientras tanto el sistema impera y está más vivo que nunca y poniendo en serio riesgo a la humanidad.”, remarcó Sal.Iari.

Finalmente, el autor de los fascículos, Mariano Vázquez, se refirió al proceso de investigación y escritura de los materiales: “Yo tengo una manera no académica de abordar estos temas que tienen que ver con la autoformación por mi pertenencia a la clase trabajadora. Soy hijo y nieto del exilio político de la dictadura franquista, de familia de trabajadores, y es de donde vengo y lo que reivindico”.

En su intervención, Mariano habló de los inicios de la organización sindical en Argentina como resistencia, y el rol de la formación: «los trabajadores empezaron a autoformarse, a escribir folletines, incluso se puede hablar de una literatura anarquista que propugnaban, por ejemplo las mujeres, a pelear contra el patriarcado, por la igualdad de tareas, etc. Los libros de la clase trabajadora se compartían, se pasaba de mano en mano. O uno le leía a otros”.

Asimismo indicó que su trabajo busca recuperar historias y modos de contar desde la clase trabajadora, que en general no están presentes en nuestras escuelas y universidades.

Se destacó la presencia de Magda Luisa Arias Rivera, Primera Secretaria de la embajada de Cuba: “La Doctrina está más vigente que nunca y estudiar en torno a ese enfoque imperial es imprescindible, teniendo en cuenta que buscan que nuestras sociedades no tengan memoria. La lucha contra el imperialismo debe nacer del conocimiento profundo de nuestra historia», denunció.

Sobre el final de la jornada hubo un espacio de debate e intercambio donde se profundizó sobre los alcances de la doctrina y las acciones que se están realizando a lo largo de meses para denunciar los 200 años de injerencia.

A continuación podés acceder a la versión web de la publicación: Resistencia Obrera a la Doctrina Monroe

IEF presenta el primer fascículo de La Historia de 200 años de la Doctrina Monroe

El Instituto de Estudios y Formación de la CTA presenta el primero de los tres fascículos que constituyen la obra 200 Años de la Doctrina Monroe del autor Mariano David Vázquez.

El 2 de diciembre de 2023 se cumplen 200 años de la Doctrina Monroe, ideario que marcó los principios y formas que adquirió la recolonización de América Latina y el Caribe por parte de los Estados Unidos tras la derrota infringida por nuestros movimientos emancipadores contra el Reino de España. Desde sus inicios, Estados Unidos tuvo el mismo patrón de su política exterior: la dominación política, económica y cultural del mundo; la apropiación de los recursos naturales y humanos en nombre de la “libertad” y la “democracia”.

Es la Doctrina Monroe que aún se aplica a 200 años de su inicio, el “garrote” que cayó sobre cada país rebelde para que nadie se “contagie”. Sobran los ejemplos: la Nicaragua Sandinista, la Panamá de Omar Torrijos, la Cuba de Fidel y el Che, la Chile de Salvador Allende, la Bolivia de Evo Morales, la Venezuela Bolivariana, la Argentina peronista y tantos otros baluartes heroicos de emancipación y soberanía.

En este marco, la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma edita esta serie de tres fascículos a fin de recrear la atención sobre las bases de la doctrina imperial de los EE.UU., por la que intenta sojuzgar a nuestros pueblos del Abya Yala desde hace dos siglos, y a la que aún seguimos resistiendo.

Instituto de Estudios y Formación (IEF)

Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma.

200 Años de la Doctrina Monroe, fascículo 1, en PDF (se puede cambiar el tamaño, descargar, etc)

A continuación compartimos el prólogo de la publicación escrito por Hugo Cachorro Godoy, Secretario General de la CTA Autónoma

El pensamiento del libertador Simón Bolívar fue premonitorio respecto al rol del llamado “Coloso del Norte” cuando sintió el 5 de agosto de 1829 que los Estados Unidos estaban “destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad”. Su vigencia nos obliga a más ejercicios de unidad y acción de la clase trabajadora.

El 2 de diciembre de 2023 se cumplen 200 años de la Doctrina Monroe, ideario que marcó los principios y formas que adquirió la recolonización de América Latina y el Caribe por parte de los Estados Unidos tras la derrota infringida por nuestros movimientos emancipadores contra el Reino de España.

Estados Unidos socavó cualquier intento de unidad y alentó la fragmentación mediante la divisa “divide y reinarás”. Ahí están José de San Martín, Simón Bolívar, José Gervasio Artigas, Andrés Santa Cruz y Francisco Morazán luchando por la Patria Grande, y del otro lado las oligarquías aliándose con los imperios para contrarrestar los sueños de unidad. Nuestros próceres sufrieron los ataques furibundos de los agentes imperiales del interior y el exterior, como ocurrió luego con cada generación de patriotas.

Ese itinerario se fue sofisticando con cada administración, con cada presidente, demócrata o republicano, y su aplicación consumó la dominación y el expolio de Nuestra América.

Desde sus inicios, Estados Unidos tuvo el mismo patrón en su política exterior: la dominación política, económica y cultural del mundo; la apropiación de los recursos naturales y humanos en nombre de la “libertad” y la “democracia”. Bajo esa fachada ocultaba su verdadero objetivo: robar y someter.

Objetivo que fue sintetizado en una doctrina que lleva el nombre del 5º presidente de los Estados Unidos, James Monroe. Doctrina que 200 años después se sigue aplicando al pie de la letra.

Ya hace dos siglos que su garrote cayó sobre cada país rebelde para que nadie se “contagie”. Sobran los ejemplos: la Nicaragua Sandinista, la Panamá de Omar Torrijos, la Cuba de Fidel y el Che, la Chile de Salvador Allende, la Bolivia de Evo Morales, la Venezuela Bolivariana, la Argentina peronista y tantos otros baluartes heroicos de emancipación y soberanía.

Cuando la generala del Comando Sur, Laura Richardson, se paseó por la Argentina hablando impunemente del litio y de la energía atómica, humillando a funcionarios, desalentando las políticas públicas soberanas, aspirando apropiarse de nuestros recursos naturales, no hizo otra cosa que aplicar la esencia de la Doctrina Monroe.

Cuando se impone a un país un préstamo fraudulento e impagable del Fondo Monetario Internacional (FMI) para humillar al pueblo y cercenar cualquier atisbo de desarrollo autónomo, se aplica la Doctrina Monroe.

Cuando se combate cualquier posibilidad de construcción de una Patria Grande latinoamericana o cuando cualquier disidencia es sofocada, se aplica la Doctrina Monroe.

Este modelo humillante, de alcance global, debe ser contrarrestado con más unidad de los pueblos y el protagonismo de la clase trabajadora y las organizaciones del campo popular.

No se puede contar la historia de nuestro continente desconociendo la Doctrina Monroe y su vigencia actual. Por eso, en el marco de los 200 años de su proclama, anticipamos este material que trata de realizar una tarea pedagógica, formativa, y de socialización para conocer la historia de esa Patria Grande que Estados Unidos trató por todos los medios de coartar.

Este anticipo forma parte de un libro que contiene un recuento detallado no solo del nacimiento de la Doctrina Monroe, sino también de cómo su espíritu se fue forjando desde mucho antes -apenas consumada la independencia de Estados Unidos en 1776- con el genocidio contra las poblaciones originarias en Norteamérica, que luego se extendió a México, Centroamérica y el Caribe.

También leerán una serie de crónicas sobre casos emblemáticos de la aplicación de la Doctrina Monroe y la resistencia heroica de la clase trabajadora y las organizaciones libres del pueblo. Esas historias necesarias que nos reivindican como clase.

Nuestra América fue siempre el campo de acción de la Doctrina Monroe. Por eso el antiimperialismo es una marca potente de nuestros pueblos que no aceptan el yugo yanqui. En esta parte del globo siempre plantamos bandera de libertad: ¡Nunca seremos patio trasero!

Hace 103 años, Manuel Ugarte, uno de los grandes pensadores latinoamericanistas, lamentablemente ocultado por ser un verdadero patriota, escribía que “la usurpación material viene precedida y preparada por un largo período de infiltración o hegemonía industrial capitalista o de costumbres que roen la armadura nacional” y alertaba que “al hablar del peligro yanqui no debemos imaginamos una agresión inmediata y brutal que sería hoy por hoy imposible, sino un trabajo paulatino de invasión comercial y moral que se iría acrecentando con las conquistas sucesivas y que irradiará, cada vez con mayor intensidad, desde la frontera en marcha hacia nosotros”.

Nuestra América siempre tuvo una capacidad de resistencia y valor inusitados contra la potencia más grande de la historia de la humanidad. Esa historia merece ser contada. Esa historia no debe ser olvidada. Como dijo el historiador Abelardo Ramos: “En las escuelas latinoamericanas, los estudiantes se enteran de la historia de Roma y Egipto, y de las intervenciones extranjeras… durante la Revolución Francesa. Están lejos de aprender en las aulas el número de veces que Estados Unidos desembarcó sus marines en Nicaragua, en Santo Domingo, en Cuba, en Haití, en Puerto Rico, o Granada. Ignoran que la mitad del territorio le fue arrebatado a México por Estados Unidos”.

El sentido de esta colección de tres fascículos es hacer un aporte a la memoria de la historia latinoamericana para nosotros y para las generaciones que nos continuarán.

HUGO “CACHORRO” GODOY Secretario General de la CTA Autónoma

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