En el marco del Seminario Permanente de Pensamiento Nacional y Popular se presenta hoy el dossier dedicado a la vida y obra de la socióloga Dora Barrancos, organizado por Idearios desde el Sur (IEF).

A continuación presentamos la publicación en versión digital:

Dora Barrancos, Prólogo (fragmento)

Por Ana Laura Martin Dra. en Historia por la FFyL (UBA), docente, Subsecretaria de políticas de género y diversidad de la FFyL (UBA)

Cualquier presentación de Dora Barrancos es una tarea incompleta por varios motivos, pero en un gesto arbitrario voy a expresar dos. El primero es evidente: su producción es amplia, vasta y prolífica y no se agota en sus textos e investigaciones.

Su trayectoria política e intelectual tiene la singular capacidad de lograr una continuidad fluida entre la academia, los ámbitos de producción científica y educativos y las calles. Su pensamiento crítico y comprometido se amplifica en las grandes ágoras para sumar a las causas justas y amplias –en particular de las mujeres y disidencias, aunque no solo a ellas-. La trayectoria de Dora se distingue por una característica: poner el cuerpo. Ese es un rasgo diferencial de su historia personal, política e intelectual.

Un segundo motivo de dificultad para presentar a Dora es de dar cuenta de su capacidad para cautivar auditorios. Su gestualidad y su oratoria encienden y conmueven. Dora habla, escribe y vive con una ternura y pasión que sabe combinar, como pocxs intelectuales, con un pensamiento crítico, agudo y creativo.

Pero nada de lo anterior es posible sin una gran dedicación; para ella las ideas son producto del trabajo y de las horas, no de grandes inspiraciones. Se trata de leer y releer, de ampliar permanentemente los horizontes intelectuales, de no temerle al archivo y de proponer nuevas preguntas, evitar la obviedad y correrse de las fórmulas cómodas o exentas de riesgos. Por ejemplo, al ofrecer una lectura compleja de la condición femenina en el siglo XIX y principios del XX frente al matrimonio civil según fijaba el primer código argentino ceñido a los designios del orden patriarcal1. Allí, a través de la historia de tres mujeres que desafiaron la norma –Amalia Pelliza Pueyrredón, Amelia Carreras y Josefa América Sacarfó- propone que el matrimonio fue una alternativa de emancipación para ellas. En el análisis de la historia de esas tres mujeres, Dora se aleja de las perspectivas esencializadoras que puedan prefijar posiciones irreductibles y afirma que para ellas el casamiento significó una forma de aflojar las ataduras a las que el orden familiar y los códigos de género y de clase, las confinaban. En una dirección similar y también corrida de los análisis previsibles, en Mujeres en la sociedad argentina. Una historia de cinco siglos, avanza sobre la noción de sociabilidad política en la gesta de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y su irrupción en la esfera pública en los años de la dictadura iniciada en 1976 en Argentina.

En ese análisis señala cómo muchas de las mujeres que pertenecieron (y pertenecen) a esos colectivos fueron llevadas por sus descendientes y por las experiencias que atravesaron a trastocar sus miradas, romper las fronteras de lo doméstico y convertirse en notables interpeladoras de la dictadura.

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