Se desarrolló el segundo encuentro del ciclo de charlas-debate organizado por la Secretaría de Formación de la CTA Autónoma con la participación de Luis Campos, Andrea Delfino y Omar Giuliani.

Con la presencia de más de 40 dirigentes y militantes de la Central en una sala virtual, se llevó a cabo esta segunda parte del ciclo cuyo objetivo fue trazar un marco a la composición actual de la clase trabajadora argentina y dar una explicación para una economía que parece crecer a costa de salarios que caen.

Ana Romero, integrante de la Secretaría de Formación de la CTA y del Instituto de Estudios y Formación (IEF) de la Central, ofició de moderadora durante el encuentro: “Buscamos completar un mapa actualizado de la clase trabajadora en nuestro país, su estructura en relación a sus luchas, la incidencia de la inflación y el tiempo que se le dedica al trabajo”.

Uno de los expositores convocados fue Luis Campos, Coordinador del Observatorio del Derecho Social, quien buscó establecer qué tipo de inserción tienen trabajadores y trabajadoras en el mercado laboral de nuestro país.

“Existe una tendencia histórica en la Argentina, puntualmente en el sector formal, a perder peso relativo en el mercado laboral. Por lo tanto, lo que vemos crecer en contrapartida es el sector de trabajadores no registrados”, explicó Campos.

En ese punto hizo un breve paréntesis descriptivo sobre la composición mayoritaria de los sectores no registrados: “Actualmente 20% son trabajadoras de casas particulares, seguido por empleados de comercios minoristas, de la industria manufacturera y la construcción”.

Y continuó: “Estamos ante sectores muy heterogéneos, muchas veces con necesidades muy dispares”.

A su vez, Luis Campos explicó que ante el panorama macroeconómico actual, la necesidad de ajustar el precio de nuestra fuerza de trabajo es mucho más urgente: “Hay ciertos sectores patronales que tienen la capacidad de ajustar sus precios de forma casi inmediata, mientras que un grupo de trabajadores tenemos casi la misma capacidad, aunque no igual, de lograr recomposiciones mediante el sistema de paritarias. Pero hay otro grupo casi igual en volumen que carece de esta posibilidad, y esto nos pone en el desafío de lograr una estrategia integral para salvaguardar los intereses de todos y todas con sus diversas realidades”.

Por su parte, la docente e investigadora de la Universidad de Litoral (ADUL), Andrea Delfino, dedicó su espacio a describir cómo influye la forma en la que vendemos nuestro tiempo de trabajo en el mercado laboral actual: “El clásico modelo fordista de 8 horas de trabajo diario ya casi no existe, diluyéndose paulatinamente desde el golpe de Estado del ‘70 y más agresivamente en la década del ’90, y ahora la desigualdad entre el capital y el trabajo es mucho mayor”.

“Actualmente vemos los horarios rotativos como algo habitual, con horas extras que no se pagan, y se vislumbra un desacople cada vez mayor entre salario y jornada de trabajo. Al implementarse una dinámica de diversificación del tiempo de trabajo, empieza el pago por objetivos, por producto o por tarea específica”, detalló la investigadora, y agregó: “Tenemos una densificación mayor del trabajo y un mecanismo por el cual estamos permanentemente disponibles para la necesidad del capital”.

En ese aspecto, Delfino explicó que “hay una flexibilidad autoimpuesta por el trabajador, que implica, por ejemplo, elegir trabajar los fines de semana para llegar a un determinado objetivo, pero también está la flexibilidad impuesta mediante la cual el trabajador no tiene manera de elegir sus turnos de trabajo”.

A su turno, Omar Giuliani, Coordinador Nacional de la Federación Nacional Territorial (FeNaT), sostuvo que “en la actualidad los compañeros y las compañeras de los territorios atraviesan gran parte del tiempo un camino de subsistencia, es decir, cada vez les lleva más tiempo llevar la comida a sus casas”.

“En el ámbito de la economía popular no hay tiempos razonables, porque en estas actividades no sos dueño de tu propio tiempo. El tiempo que ocupa el capitalismo en tu vida termina siendo un método perverso de dominación profunda”, profundizó el dirigente.

Y añadió: “No hay salida feliz para nuestra clase en el marco del capitalismo, por eso considero que las expresiones de la clase trabajadora no pueden ser de manera sectorial, sino en un único proceso para pensar las luchas de la clase trabajadora”.

“Debemos saber que quienes generamos la riqueza, de manera formal o no, somos los trabajadores y, por lo tanto, saber que el modelo diferente de sociedad que queremos no está asociado al capitalista. Hay que repensar las estrategias de la clase trabajadora para que el sistema no nos haga más responsables de la pobreza a la propios pobres”.

Al finalizar las exposiciones, se abrió una instancia de preguntas y debate con la participación de toda la militancia presente. Además, Oscar Vallejos, Secretario de Formación de la Central, y Mónica D’Elía, integrante de la misma Secretaría, transmitieron sus reflexiones y propuestas.

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