Devaluación, ajuste, inflación, estatización de deuda privada, entre otras medidas para intentar demoler la capacidad de resistencia de la sociedad
argentina. Informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas.

Lo que hasta el momento se conoce de las primeras medidas es que no hay un programa económico sino una estrategia de demolición de las resistencias que la Argentina ha tenido históricamente para enfrentar la implementación de políticas de ajuste, apertura y desregulación.
Este intento por demoler las reservas de resistencia de la sociedad busca concretarse a través de diferentes vías:

Ajuste fiscal: Se cuadruplica el ajuste acordado por la anterior administración con el FMI que tenía como objetivo alcanzar un déficit primario de 0,9 p.p. del PBI para el año que viene, el equilibrio fiscal primario en el 2025 para llegar recién en el 2027 al equilibrio financiero. La meta del nuevo gobierno significa, por lo tanto, alcanzar en el próximo año lo que el acuerdo con el organismo multilateral estipulaba en cuatro años lo que supone acelerar el impacto negativo en términos de la actividad económica y sobre el tejido social.
Shock inflacionario vía devaluación, desregulación de precios y tarifazo: El resultado inmediato de estas decisiones es la caída de los salarios y los distintos conceptos de ingresos de los sectores populares, la consecuente retracción de la demanda y el consumo interno y el resentimiento de la actividad económica. Este escenario recesivo es el verdadero ancla antiinflacionario que planea el gobierno más relevante, incluso, que la meta del equilibrio fiscal que en todo caso estará subordinada a los compromisos de pago de deuda.
La amenaza de la hiperinflación y el proyecto latente de la dolarización: Si bien el ancla tiene centralidad en las definiciones del gobierno, lo que puede (y suele) ocurrir es que en el marco de la complejidad de la economía Argentina, a pesar de un significativo hundimiento de los ingresos de la población, la capacidad de los principales oligopolios de remarcar precios por encima de la tasa de devaluación terminará por retrasar el tipo de cambio y exigir una nueva devaluación en marzo 2024, cuando se tenga que liquidar el grueso de la cosecha. Esto no debería causar asombro si las tasas mensuales de
inflación a partir de ahora se pronostican entre el 25% y 40% mientras el ritmo de devaluación quedó en un 2% por mes. Se develan aquí también los efectos nocivos de las contradicciones existentes al interior del bloque capitalista y la competencia de sus múltiples estrategias de valorización en un proceso de abierta desregulación. Sin lugar a duda, el deterioro permanente de la moneda local contribuye al proyecto dolarizador que no parece haberse descartado del todo.

● Se agrega a lo anterior el agravamiento del endeudamiento público externo o en moneda extranjera a partir de la búsqueda de un nuevo desembolso del FMI y la apertura a un novedoso mecanismo de estatización de deuda comercial privada. Muestras de la articulación histórica entre deuda y saqueo de nuestros bienes comunes es la decisión de hacer cedido al Grupo Techint la conducción de YPF.

El plan de demolición de la resistencia de la sociedad argentina que vamos conociendo a medida que se anuncian las decisiones del nuevo gobierno no sólo cuenta como soporte principal a la inflación (e incluso la hiper) sino que se completa con el componente represivo del contenido en el protocolo anti-piquete de Patricia Bullrich.

A continuación enumeramos y desarrollamos brevemente los seis principales rasgos que hemos identificado del paquete anunciado:
A. Devaluación y nuevo esquema cambiario: mayores ganancias para el bloque exportador y sesgo desindustrializador.
B. Las confusiones (o mentiras) de Caputo en torno a la inflación, el déficit fiscal y la deuda pública.
C. Inflación y Tarifas: el deterioro de los ingresos, salarios y jubilaciones como ancla de la hiperinflación.
D. Ajuste fiscal: licuación de las partidas del gasto público para la población y más presupuesto para los acreedores.
E. Un Banco Central dependiente y funcional a la política regresiva: licuación de depósitos en pesos y estatización de la deuda en dólares de los mportadores.
F. La plata sobra, lo que falta es distribuirla.

Equipo de Trabajo:

Equipo de Trabajo: Claudio Lozano, Rubén Ciani, Horacio Fernández, Agustina Haimovich, Alejando López Mieres, Mariana Rivolta, Javier Rameri, Ana Rameri, Eugenia Ventura Flossi.

A continuación el documento completo en formato PDF:

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