El acceso a la atención médica es un derecho universal que no debe limitarse a quienes pueden pagarlo. La equidad y la priorización de recursos son fundamentales para garantizar que todas las personas reciban atención médica, independientemente de sus ingresos. Este enfoque se basa en los derechos humanos y reconoce la importancia de la lucha social por mejores condiciones de salud para todos.