Por Daniel Godoy, director del IDEP Salud y coordinador del IEF

El escenario que se va constituyendo a 6 meses del Gobierno de Milei, nos augura un panorama de crisis sanitaria extrema.

El empeoramiento agudo de las condiciones de vida de la mayoría de nuestro pueblo, el retiro del Estado como garante de un piso de derechos y la intencionada supremacía del mercado, componen la peor de las trilogías descriptas en todos los manuales de Salud Colectiva.

Parálisis absoluta en el Ministerio de Salud nacional, cierre de programas, despido masivo de trabajadora/es del sector, debilitamiento de los presupuestos provinciales y municipales para el sostenimiento de las redes locales de atención, equipos de salud depreciados y sobrecargados, alza desmedida de los medicamentos de uso prevalente y demás, agreden directamente el acceso en tiempo y forma de los pacientes, y por lo tanto, la posible resolución de los problemas de salud de nuestro pueblo.

Además la pérdida abrupta de puestos de trabajo tanto en el Estado como en el sector privado, y el aumento desmedido de precios de la canasta básica además del cese de los programas sociales han agudizado el proceso de empobrecimiento de las familias argentinas.

Ante este escenario a todas luces alarmante, la repercusión negativa en los indicadores sanitarios es una consecuencia inexorable. El incremento de las enfermedades respiratorias en niñas y niños, los reportes sobre inseguridad alimentaria, el abandono de tratamientos crónicos por los precios de los medicamentos entre otros datos, hablan del colapso del derecho a la salud en la Argentina de Javier Milei.

Las y los trabajadores de Salud somos las piezas insustituibles de la cadena de valor de la Salud.

Lo hemos probado en la Pandemia poniendo esfuerzo y voluntad, y hemos evitado con una implicancia decidida del Estado, una catástrofe sanitaria mayor como ocurrió en otros países.

Desde esa convicción y ese compromiso, proponemos un cúmulo de medidas de urgencia para defender la vida y atenuar un algoritmo inevitable de más enfermedad y muerte en laArgentina.

  1. ARGENTINA LIBRE DE HAMBRE.

El hambre es productora de enfermedades. Los valores de la canasta básica alimentaria han sumergido en la pobreza a más de la mitad de lxs argentinxs. Debemos interrumpir el circuito del hambre y la malnutrición en la Argentina, con políticas activas territorializadas que lleguen efectivamente a la mesa de las familias vulneradas.

  1. EL TRABAJO, COMO PROYECTO DE VIDA.

Familia sin trabajo es familia en caída libre hacia la pobreza. Se debe detener la expoliación del mercado laboral, y restituir a las y los despedidos del Estado a sus puestos de trabajo. Redefinir las políticas en áreas estratégicas con mano de obra intensiva en áreas claves como tierra y vivienda, educación, salud, infancia y juventud, violencias, producción de alimentos y desarrollo industrial.

  1. INGRESO BASICO UNIVERSAL.

Tal como lo expresa la propuesta del Partido Unidad Popular “se debe superar el actual esquema

de planes sociales de empleo asistenciales, focalizados e insuficientemente coordinados, y reemplazarlo por el diseño y la implementación de medidas que recuperen efectivamente los ingresos populares para hacer posible una Argentina Libre de Hambre. Mediante transferencias de montos equivalentes al valor de la CBA a toda la población que no tenga garantizado un ingreso (formalmente comprobable por el Estado)”.

  1. ATENCION PREFERENCIAL A LA VEJEZ Y LA NIÑEZ

Niñxs y viejxs deben ser nuestra prioridad de cuidados.

Ningún niño pobre y ningún viejo solo y a la deriva, deben ser las consigna éticas de la Argentina siglo XXI.

Se deben crear observatorios socio sanitarios de estos grupos, y fortalecer las políticas preventivo asistenciales.

Fortalecimiento del PAMI, sus prestaciones y coberturas desde una perspectiva integral.

Restitución de los haberes jubilatorios por encima de la línea de pobreza.

  1. ACCESO A LOS SERVICIOS DE SALUD EN EL TERRITORIO

Reforzamiento de los equipos de Salud de los Hospitales Públicos, recuperación de los niveles salariales depreciados, y restitución de trabajadoras y trabajadores despedidos en el sector (hospitales, dispositivos comunitarios, entes descentralizados, organismos).

Unidades Sanitarias de doble turno, para descomprimir los Hospitales, y participación popular en la discusión de prioridades y factores que agreden la salud.

Constitución de equipos interdisciplinarios para prevención y atención territorial con población a cargo bajo el concepto de Atención Primaria.

Implementación plena y efectiva de la Ley de Salud Mental, con dispositivos territoriales que aborden la emergencia social y sus consecuencias.

Implementación de la agenda sanitaria vinculada a los derechos de género: Salud reproductiva, interrupción voluntaria del embarazo, prevención de la violencia de género.

  1. EMERGENCIA EN MEDICAMENTOS

Restitución de la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP) y puesta en marcha de la red de laboratorios de Producción Pública de Medicamentos (PPM) con foco en medicamentos de usos prevalente; restitución del Plan REMEDIAR de provisión de medicamentos para establecimientos públicos.

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