Hoy se celebran 200 años desde la proclamación de la «América para los americanos» por James Monroe, el quinto presidente de los Estados Unidos. Esta doctrina, conocida como la «doctrina Monroe», allanó el camino para la intervención y explotación de naciones latinoamericanas y caribeñas por parte de EE. UU. tras la independencia de las 13 colonias. Basada en la teoría del Destino Manifiesto, esta doctrina legitimó la expansión imperialista de Estados Unidos a través de estrategias como dictaduras, gobiernos títeres, intervenciones militares y golpes de Estado. Así, Estados Unidos impuso su dominio, provocando la resistencia de movimientos antiimperialistas y anticoloniales en los que la clase trabajadora jugó un papel fundamental.
