Con la presencia de dirigentes y dirigentas de todo el país, se llevó adelante una charla debate sobre el avance de las llamadas Inteligencias Artificiales y el mundo del trabajo.

Participaron Miguel Benasayag, Doctor en neurofisiología, biólogo, filósofo y coautor de “La Inteligencia Artificial no piensa”, (junto a Ariel Pennisi), así como Fernando Schapachnik, Doctor en Ciencias de la Computación e Investigador de la UBA, el Conicet, y Hugo Pagola, Ingeniero Electrónico, Director de la Especialización en Seguridad Informática de la UBA. La charla estuvo coordinada por Luis Zas, Director de Nuevas Tecnologías de la CTA y Ariel Pennisi, Integrante del IEF y el IPyPP.

Hugo Pagola hizo un recorrido histórico de las IA: “En los inicios, el enfoque estaba en la lógica y los sistemas basados en reglas. Estos no aprendían del entorno, sino que ejecutaban tareas específicas. En los ‘80 empieza a existir el aprendizaje no supervisado y las redes neuronales profundas. Cerca de los 2000, la neurona que podía aprender se empezó a hacer más compleja y aparecieron el reconocimiento de voz, de caras. Ahora estamos en aprendizaje por refuerzo y redes generativas”.

Fernando Schapachnik basó su exposición en cómo se va a reconfigurar el mundo del trabajo en este contexto de las IA: “Nosotros no co-construimos con la tarea que realizamos. Hace poco lo escuchaba a Eric Sadin y él, me alegra que recogiese algunas cosas que planteamos, decía que este cambio tecnológico es diferente a los anteriores porque no queda claro cuáles serán los nuevos trabajos que se generarán: hace 60 años que no se generan nuevos empleos que empleen masivamente a la gente, salvo quienes hacen las computadoras. Está bueno entender que si decimos que las cosas están de una manera y que no son, eso nos empodera y habilita la posibilidad de cambio”.

Miguel Benasayag, a diferencia de Schapachnik y de Pagola, desplegó una mirada crítica de los efectos que las tecnologías digitales muestran sobre el cerebro, sobre la percepción y la cultura. Expuso algunos resultados de sus investigaciones a modo de advertencia y sostuvo que, si bien no hay margen para planteos tecnófobos, tampoco podemos ser ingenuos respecto de la capacidad de formateo de las interfaces digitales. La idea de que puede haber un “buen uso” de las inteligencias artificiales simplifica la complejidad del problema, ya que, según Benasayag (en este punto acompañado por Pennisi), no hay un sujeto puro o ajeno a la irrupción digital, ya que estamos hibridando las nuevas tecnologías y, en ese sentido, se trata de investigar nuevas figuras subjetivas para la acción política.

Fuente CTAA

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