El libro “Cielos abiertos: venas abiertas”, de Fabio Basteiro y Roberto Reinoso, describe el desmantelamiento de la soberanía aerocomercial en Argentina durante el primer año de gobierno de Milei y fue presentado en la Feria del Libro de La Habana, Cuba en la Casa de las Américas, donde también se presentó Crónica de una canallada obra de Ariel Basteiro.


Cielos abiertos muestra la reconfiguración de la legislación durante 2024 para impulsar sin restricciones la llegada de líneas aéreas extranjeras que son propiedad de fondos de inversión y explica también el achicamiento de Aerolíneas Argentinas para que las lowcost se apoderan de buena parte de sus rutas, pero además relaciona este proceso con el iniciado por Macri entre 2015 y 2019, que terminó con el cierre de 6 líneas aéreas y la destrucción de 2644 puestos de trabajo.


¿Cuál fue el objetivo de hacer el libro?
La idea es hacer análisis y una radiografía de lo que fue la revolución de los aviones del macrismo, donde comenzaba una etapa de destrucción de la línea aérea de bandera y a la vez de desregulación aerocomercial: la liberalización de los cielos.
A partir de eso y dadas las condiciones de aceleramiento por parte del gobierno de Milei, de la pérdida de soberanía aerocomercial, del andamiaje de decretos desregulatorios y de una batería de medidas que tenían como objeto la destrucción de Aerolíneas, la privatización, la segmentación. Creemos necesario mostrar cómo en 1 año se iba perdiendo la soberanía aérea y cómo Milei y Macri regalan la soberanía aerocomercial al capital extranjero.
¿Qué implica perder la soberanía aerocomercial?
En un país que es octavo en extensión mundial, Argentina necesita de una línea aérea de bandera que pueda conectar a toda la Argentina y conectarla en la región y en el plano internacional. Ya se ha demostrado que la privatización de nuestra línea aérea bandera durante 18 años trajo aparejado el levantamiento de muchas escalas, la caída de la conexión de las economías regionales para con las exportaciones, y que el mercado nacional fue ganado por las empresas transnacionales.
Eso es pérdida de soberanía aérea, pero fundamentalmente significa el agotamiento de una política de autonomía por parte de la nación. Esto va vinculado al tema de la falta de radarización, a una política naval extranjerizante, va vinculado a la pérdida de conectividad y va vinculado estructuralmente al regalo de las de los sectores de mayor nivel de rentabilidad hacia el capital privado.
Esto tiene muchos antecedentes y tiene una influencia muy grande por parte de los Estados Unidos en la región que viene trabajando desde hace mucho tiempo en desregular nuestra política aerocomercial y la actividad aerocomercial es una actividad durante el siglo XX que tiene un alto voltaje político.
¿Por qué?
Porque es el elemento que dinamiza tecnológicamente a partir de los conflictos bélicos y si uno repasa la historia de nuestra América va a encontrar cómo desde Playa Girón atacaban al ejército de Sandino en Nicaragua, cómo fue el golpe de estado en Guatemala en el ’54, de Castillo Armas sobre Jacobo Arbenz y de qué manera la aviación tuvo mucho que ver en el golpe de estado del ’73 en Chile o lo que pasó en Argentina en el ’55 en el bombardeo en Plaza de Mayo donde hubo 300 muertos, más de 1000 heridos y sin embargo está oculto, está tapado por la propia historia y está tapado por la prensa hegemónica que trata de de tergiversar todos los términos. Como fue con el Plan Cóndor que se montó un aparato represivo en función de la aviación.
¿Cómo nació Aerolíneas Argentinas?
Aerolíneas nació en el 50 por la caída y por la falta de respuesta de cuatro líneas aéreas que eran mixtas o privadas, por eso se llama aerolíneas en plural. La idea fue que Aerolíneas pudiera conectar a todo el país, que pudiera tener un proyecto de autonomía para vincularse con América Latina y el mundo. 5 años después de fundada, el segundo decreto de la Libertadora fue la privatización de Aeronáutica. O sea, hay una decisión política de no tener autonomía, de tener cielos abiertos.


Fue una constante en la historia.
Sí, los diferentes grupos económicos se repartían el poder y los cielos. En el 84 ya empezó Alfonsín con el tema de SAS y luego Carlos Méndez (Menem) la privatizó durante 18 años. Aerolíneas Argentinas siempre fue defendida por sus trabajadores y por el pueblo argentino y en el 2001 cuando querían llevar adelante el cierre definitivo, se logró la subsistencia y la supervivencia. Fue una lucha larga y contra la estigmatización que se hacía desde los medios de comunicación que decía que Aerolíneas gastaba mucho, estigmatizaba a los trabajadores, demonizando a esta empresa que es orgullo nacional y que ha servido en todas las etapas de nuestro país para tratar de homogeneizar una nación, de sustentar la autonomía e incluso en el conflicto bélico del 82 hizo más de 86 vuelos transportando a más de 6400 soldados hacia el continente, realizó vuelos clandestinos para traer armas, más de ocho vuelos a diferentes partes del mundo, apagando radares.
También fue clave durante la pandemia
Sí, luego vino la pandemia: la cantidad de vuelos que se hicieron para repatriar argentinos en el exterior y la cantidad de insumos para combatir lo que fue la pandemia también fue producto de tener una línea aérea de bandera y así podemos hablar de lo que se hace en forma cotidiana como el transporte para los trasplantes de órganos, el correo, los diarios.
Quieren destrozar la línea aérea de bandera y suplantarla por empresas privadas. Eso comenzó con el plan de la revolución de los aviones de Mauricio Macri y Dietrich, con las llamadas low cost. A las que se les permitió que trajeran aviones de cualquier lado, sin personal, sin capacidad y sin formación. Prometieron la incorporación de 1700 millones de dólares de inversiones, más de 50 mil y lo único que se logró fue la pérdida de de 2644 puestos de trabajo, el cierre de seis líneas aéreas, demora, cancelaciones, vuelos inseguros y fundamentalmente una política que está basada en la falta de transparencia en la incorporación del capital porque todas las low cost y todas las nuevas empresas que están viniendo a nuestro país son empresas que tienen un turbio origen en cuanto a sus fondos. Son fondos de inversión que tienen por lo menos dudosos orígenes y que tienen mucha vinculación con el narco.
¿Qué buscan con todo esto?
Bajar la vara de los derechos laborales, voltear todo el andamiaje jurídico que regula la actividad, y una vez que cumplen ese objetivo, se retiran, como ha pasado en nuestro país. O sea, su objetivo es dinamitar todo lo que el arsenal jurídico de defensa de los intereses de los trabajadores aeronáuticos y a la vez el interés de la nación en cuanto a la autonomía y la soberanía aérea. Una vez que cumplen los objetivos, se retiran y los cielos quedan abiertos para las megacarguen internacionales de origen norteamericano y europeo y que tienen como objeto hacer de nuestro continente un continente penetrable en cuanto a seguridad, en cuanto a soberanía y en cuanto a defensa también.
¿También tiene que ver con crear aerolíneas sin responsabilidad civil y jurídica?
Claro, estas low cost, estas empresas con dudoso origen tienen el objetivo de embarrar la cancha para que no haya responsabilidades penales. No hay Estado que no tenga control sobre sus cielos, sobre sus ferrocarriles y sobre su plataforma marítima. Bueno, Argentina lo que está haciendo es dilapidar la posibilidad de una planificación con inteligencia y una planificación con los objetivos que tiene cualquier línea aérea.

Inés Hayes, IEF CTA Autónoma.