El Plan Cóndor fue una estrategia coordinada entre las dictaduras militares de América del Sur durante las décadas de 1970 y 1980. Participaron Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil, con el objetivo de perseguir, secuestrar, torturar y asesinar a personas consideradas opositoras políticas, incluso si estaban exiliadas en otros países del continente.
Este plan constituyó una asociación ilícita entre gobiernos, que compartieron información, intercambiaron prisioneros ilegalmente y realizaron operativos conjuntos fuera de sus propias fronteras. Fue una forma de represión internacional y clandestina, apoyada en muchos casos por los servicios de inteligencia.
A través de investigaciones y juicios, se logró probar que el Plan Cóndor no fue una serie de hechos aislados, sino una estructura organizada para eliminar disidentes políticos, violando derechos humanos fundamentales. El juicio en Argentina fue clave para demostrar esta coordinación criminal y para dar justicia a las víctimas y sus familias.
